27 de septiembre de 2010

Parte I

Ayer, estaba en uno de esos momentos TOTAL y COMPLATAMENTE al pedo, en los que te ponés a reflexionar de la vida y empezás a concretar filosofías sin sentido (¿acaso alguna filosofía tiene sentido?), como, por ejemplo, 'La Vida Es Como Un Tenedor'. Definitivamente, no me vendría mal un psicólogo, pero bueno, eso es tema aparte.
Pensé muchas cosas, entre ellas, todo lo que cambié este año, aquello que, para bien o para mal pasó.
Y, ¿Sabés qué? No me arrepiento de nada. Me equivoqué, tal vez, si volviese unos meses atrás, contando con las ideas de ahora, cambiaría unas cuantas cosas, o podría hacerlo, mejor dicho, las modificaría, pero no cambiaría nada. En lo que va del 2010 cometí errores, si, ¿por qué negarlo? me equivoqué cien veces, otras tantas actué bien. Haya hecho lo que hice, cualquier acto tiene dos aspectos, dos caras. El bueno, y el malo. Depende de lo que  vos quieras ver (siempre y cuando, no rechaces al otro tampoco). Aprendí que los amigos de verdad siguen con vos, lloran con vos y ríen con vos, por más que te hayas equivocado. Todavía tengo a aquellos que saben todo de mí, y aún así están conmigo. Aprendí que la caída hace la experiencia, y que no hay que arrepentirse de nada que te haya sacado una simple sonrisa, aunque sea en una única oportunidad.
Supe que si sigo manteniendo con la gente una muralla de sentimientos-paredtamañoXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXL-persona, nunca voy a sacar nada bueno. Pero aún no la puedo sacar, y me volvería a equivocar. Pero no importa, por que siendo un iceberg estoy perfecta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

 
;